sábado, 23 de noviembre de 2013

¿QUIERES LUCHAR CONTRA EL HAMBRE? HAZ QUE LAS MUJERES VIVAN MEJOR

Por Inspiración Femenina Tian

Cuando la mujer mejora sus condiciones generales, todo su entorno se beneficia. Cuando la mujer está mal, todo su entorno se resiente.
En el seminario internacional de verano  de este año dedicábamos un espacio para hablar de la economía, tanto del llamado primer mundo como la del tercer mundo. Y en ésta última, comenzábamos un análisis sobre la mujer y el campo, la mujer agrícola. Este artículo, publicado en el periódico "El Pais", refleja de forma muy clara la situación y los problemas a los que se enfrentan estas mujeres.


¿Quieres luchar contra el hambre? Haz que las mujeres vivan mejor

La igualdad de derechos entre sexos en el campo, clave para atajar la malnutrición

La producción agrícola crecería un 4% y se reduciría en 150 millones las personas que pasan hambre

En países del Sur, entre el 60% y el 80% de las mujeres trabajan en la tierra. No tienen acceso a la titularidad ni a créditos

Esperança Manuela Sinela sujeta parte de su cosecha. / GISELE WULFSOHN
Esperança Manuela Sinela, abuela, soltera y mozambiqueña de 52 años, agricultora del distrito de Marracuene, a 37 kilómetros al norte de Maputo, sufre las trabas de muchas mujeres que tratan de sacar adelante su pequeña plantación para alimentar a la familia. “Para plantar el pepino suficiente en mis dos hectáreas necesito 20 bolsas de semillas, una inversión de 289 dólares, demasiado dinero para gastar en una cosecha que corre el riesgo de no cubrir ni tan siquiera los costes de la inversión”, explica Sinela, también activista y secretaria de la Asociación Mozambiqueña de Mujeres. El gasto que le supondría hacerse con maquinaria pesada para cultivar sus tres parcelas le imposibilitaría acceder a las semillas, además de que los bancos locales no cuentan con ningún programa de crédito para pequeños agricultores y mantienen un interés del 22%, inaccesible para mujeres como ella.
El acceso a la tierra y a las semillas es un problema global, no solo en el África subsahariana, que afecta a la mujer especialmente por su papel invisible dentro del mundo rural. “Las mujeres tienen que triplicar su esfuerzo para recibir una línea de crédito y devolverlo en las mismas condiciones que las de un hombre. Hay que valorarlas dentro de una situación real y no provocarles más sacrificios”, asegura Ana María González, responsable de Género de Ayuda en Acción. Esperança ha mejorado:
Juana Pérez riega parte de la plantación que cuida junto a otras mujeres de Chiapas. / SALVA CAMPILLO
Ellas son la base de la agricultura familiar. En los países del Sur entre un 60% y un 80% de las mujeres trabajan en la producción de alimentos, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), y sin embargo es el colectivo más desfavorecido y el que más hambre pasa en el mundo rural: “¿Por qué? Ellas trabajan la tierra, la cultivan, recolectan los alimentos, pero no tienen acceso a su propiedad, al crédito agrícola y, consecuentemente, no reciben el fruto de lo que producen”, explica Esther Vivas, activista en políticas agrícolas y alimentarias y miembro del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales (CEMS) de la Universidad Pompeu Fabra. La igualdad de derechos en el campo permitiría reducir en 150 millones el número de personas que pasan hambre y se podría incrementar la producción agrícola en un 4%, según datos de los organismos internacionales, sin embargo, no parece que sean motivos suficientes para apoyar más políticas paritarias en el mundo rural.
Juana Pérez vive en la Libertad, una comunidad del estado mexicano de Chiapas, y se dedica al cultivo del maíz y el frijol. Con una veintena de mujeres más ha organizado un proyecto de guardería, con el apoyo deAyuda en Acción, para hacerse cargo de los cuidados de sus hijos, al mismo tiempo que de sus cosechas: “Ahora podemos salir a trabajar sin preocuparnos y sabemos que están bien cuidados por otras madres educadoras”, explica Pérez. Antes de que el centro Las Florecillasestuviera abierto las mujeres agricultoras se veían obligadas a llevarse a los niños y niñas al campo, donde estaban expuestos al sol y a la lluvia durante horas, encaramados a las espaldas de sus madres.

Mujer rural 'versus' hombre rural

  • Las parcelas de los hombres son en promedio tres veces mayores que las de las mujeres (en todo el mundo).
  • Un análisis de los sistemas de crédito en cinco países africanos reveló que las mujeres reciben menos de la décima parte del crédito que los pequeños agricultores de sexo masculino.
  • En la mayor parte de los países en desarrollo, la triple responsabilidad de las mujeres del medio rural —los trabajos agrícolas, las tareas del hogar y la obtención de ingresos en efectivo— configuran una jornada laboral de hasta 16 horas, más prolongada que la de los hombres.
  • Las mujeres siguen sin tener acceso a importantes servicios de infraestructura y a tecnologías adecuadas que puedan aliviar su carga de trabajo.
  • La remuneración por hora de trabajo de las mujeres varía entre el 50% y el 100% de la de los hombres.
  • Las empresas cuyas propietarias son mujeres afrontan muchas más limitaciones y reciben muchos menos servicios y apoyo que las empresas de los hombres.
  • En Uganda las empresas de mujeres tropiezan con muchos mayores obstáculos que las de hombres para entrar en el mercado, aunque en términos generales son al menos tan productivas y eficientes por lo que se refiere al valor añadido por trabajador.
  • En Guatemala, las mujeres sólo obtienen el 3% de los contratos de producción de arvejas, aunque llevan a cabo más de una tercera parte del trabajo en el campo y prácticamente todas las tareas de elaboración.
Fuente: Informe de la pobreza rural 2011 con datos del Banco Mundial, FAO y FIDA (2008).
“En muchos pueblos la mujer sigue estando relegada, incluso en el lenguaje, a ocupar un papel complementario al del hombre, porque ellos acceden a la titularidad de la tierra pero en realidad, en su mayoría, son ellas quienes la trabajan”, asegura Ana María González, responsable de Género de Ayuda en Acción. González ha analizado la situación de la mujer en distintos países y considera que la violación de los derechos de las mujeres es “sistemática” en aquellos en que la sociedad civil es casi inexistente pero también en aquellos países donde el marco jurídico y legal ampara a la mujer dentro de la sociedad: “Otro de los motivos por los que esto se da es porque las políticas agrarias están enfocadas a beneficiar a las grandes agroindustrias”, puntualiza González. Los organismos internacionales son conscientes de esta desigualdad. En el informe publicado por la FAO, tituladoDimensiones de género en el empleo agrícola y rural: Vías diferenciadas para salir de la pobreza, se señala que "a pesar de que la desigualdad de género varía de forma considerable entre las diferentes regiones y sectores, existe la evidencia de que, a nivel global, las mujeres obtienen un menor beneficio del empleo rural -ya sea en un trabajo asalariado o por cuenta propia- que los hombres".
En un artículo titulado Agricultura y alimentación, nombre de mujer Esther Vivas reivindica una alternativa a la soberanía alimentaria en la que necesariamente se le diera visibilidad a la mujer: “Debe ser necesariamente feminista y apostar por la igualdad de derechos, reivindicando el acceso a los medios de producción de los alimentos (tierra, agua y semillas) en igualdad de condiciones, tanto para hombres como para mujeres”, escribe la activista.
"El empoderamiento de las mujeres rurales no es opcional", anunciaba este octubre el Programa Mundial de Alimentos (WFP, en sus siglas en inglés) en una reunión en la que se revisaban los primeros resultados de un plan de impulso de la situación de las mujeres de tres agencias alimentarias de Naciones Unidas: además de WFO, la FAO y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD, en sus siglas en inglés). "Los datos de la FAO y del Banco Mundial reconocen que invertir en las mujeres es la mejor opción para el desarrollo de las comunidades y la seguridad alimentaria familiar".
Desde 2012, las tres agencias se embarcaron en un programa de cinco años junto a ONU Mujeres con cuatro objetivos: aumentar la productividad de las pequeñas explotaciones de mujeres, incrementando el control de su producción y el acceso a la formación, entre otras necesidades; impulsar los negocios agrícolas regentados por ellas, favorecer la participación y el liderazgo femenino en las instituciones rurales y apoyar a los gobiernos con políticas de promoción de los derechos de las mujeres. A principios de octubre, se revisaron los progresos: la WFO contabilizaba en esa reunión talleres en seis países, tres de ellos africanos (Nigeria, Ruanda y Liberia), que han originado programas de trabajo nacionales. Además se ha acordado crear un fondo administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y algunas agencias han financiado proyectos modestos.
Históricamente el papel de la mujer en el campo ha sido una de las líneas de lucha para los movimientos internacionales de campesinos como Vía Campesina y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC). “Llevamos 20 años trabajando en el llamado feminismo campesino popular, que está mucho más desarrollado en América Latina que en África, Asia y Europa. Se basa en no sólo estar presente en el debate de las políticas públicas, sino avanzar en conjunto en generar cambios culturales profundos y erradicar el patriarcado. Y por supuesto tenemos en cuenta que nuestras reivindicaciones no son solo nuestras. A pesar de todo la palabra feminismo violenta mucho en el entorno campesino, sobre todo a los hombres y a las indígenas, porque el feminismo siempre ha estado muy satanizado. A pesar de todo nos ha llevado a conseguir avances históricos”, explica Francisca Rodríguez, directora Internacional de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas de Chile (Anamuri), floricultora y activista de esta organización adherida a Vía Campesina.
Colectivos como Anamuri consideran que la soberanía alimentaria sería una lucha incompleta si no se tuviera en cuenta el papel de la mujer: “Hay que hacer una recuperación histórica y exigir políticas públicas que tomen en cuenta la soberanía alimentaria pero también a las mujeres. Hay que forjar una nueva cultura en la que se compartan los roles y se nos valore, además de recuperar la convivencia familiar perdida y la importancia de nuestro papel. Las mujeres somos el custodio de las semillas”, argumenta Rodríguez.

martes, 19 de noviembre de 2013

LA MUJER Y SUS RELACIONES DE TRABAJO

Por XAB

En este artículo se nos cuenta la experiencia de varias mujeres –como Vanessa Fox, experta ex asesora en Google- que han alcanzado el éxito en su profesión gracias al desarrollo de sus capacidades para crear entramados, redes, contactos con otras personas –especialmente con hombres-.
En un mundo en el que la mujer intenta hacerse camino y hacerse oír, este artículo los alerta sobre un hecho: un informe de 2011 de la Universidad de Economía de Toulouse, en Francia, concluyó que uno de los principales factores detrás de los ingresos inferiores de las mujeres -un 17% menos que los hombres en un puesto similar-, era el hecho de que no eran tan buenas a la hora de construir una red de contactos.
Como participantes de la RED de Inspiración Femenina podemos rescatar la experiencia de otras mujeres a la hora de plantearnos estrategias para seguir creando trama.
En el artículo todo se enfoca en función de conseguir el éxito en los negocios en un mundo masculino… Tal vez la búsqueda del éxito y el triunfo no sea la meta para muchas personas, pero la búsqueda de relaciones en aras de una humanidad en convivencia sí lo es.
Este artículo puede dar algunas claves.


El problema de la mujer con las relaciones... de trabajo
Jane O'Brien
BBC Washington
 Lunes, 18 de noviembre de 2013

Hay una creencia generalizada de que las mujeres suelen ser mejores que los hombres en lo que se trata de desarrollar y mantener relaciones.

Pero muchas mujeres parecen incapaces de transferir esas habilidades al mundo de los negocios, donde la misma actividad se denomina "establecer redes".

"Parte de la causa es que las mujeres valoran la autenticidad en las relaciones", dice Deborah Gillis, jefa de operaciones de Catalyst, una consultora estadounidense especializada en mujeres, poder y negocios.
"A veces la noción de conocer a alguien y luego buscarlo para pedir ayuda o consejo o contactos de negocios, se siente un poco incómoda. Los hombres parecen hacerlo de una manera mucho más natural".
Los expertos tienen varias explicaciones para ello, pero están de acuerdo en un punto importante: las redes informales son críticas para el éxito y las mujeres necesitan aprender cómo aprovecharlas.
"Las mujeres necesitan pensar en las redes como una aptitud en la esfera laboral", dice Gillis.
"Y de la misma manera en la que centramos nuestra atención en el desarrollo de otras habilidades que son importantes para nuestro éxito, deberíamos dedicar tiempo a fortalecer nuestra confianza y capacidad de establecer redes con eficacia".


El as bajo la manga
Vanessa Fox es la única mujer en sus juegos de póker

Pero formar parte de grupos informales -especialmente aquellos dominados por los hombres- puede ser difícil, como la asesora y bloguera en tecnología Vanessa Fox descubrió cuando dejó Google para lanzar su propia empresa en Seattle.
Como una de las pocas mujeres expertas de la industria en buscadores, tuvo que superar barreras sociales y profesionales, y eso significó aprender a jugar al póker.
"Iba a esos juegos de póker y siempre era la única mujer", dice. "No es que los hombres excluyan a las mujeres -en realidad me invitaron-, sino que las mujeres no saben sobre estas actividades o les intimidan.
"Creo que tienen la idea de que los hombres pueden automáticamente jugar al póker. Pero en realidad los hombres no saben tampoco y muchas mujeres que conozco son realmente buenas en matemáticas… más que los hombres".

"Iba a esos juegos de póker y siempre era la única mujer (...) No es que los hombres excluyen a las mujeres -en realidad me invitaron-, sino que las mujeres no saben sobre estas actividades o les intimidan."
Vanessa Fox, empresaria

Pero el juego en sí no es tan importante como las conversaciones que se desarrollan naturalmente, dice.
"Te dicen lo que hace su empresa y lo que ellos hacen y vas conociendo a gente. Por mi experiencia, muchos de esos hombres quieren quedar conmigo luego porque quieren que les aconseje y ahí es cuando empiezas a construir relaciones fuera de los eventos más formales".
Fox es la primera en señalar que ese acercamiento no es para todos, pero asegura que no tiene muchas más opciones.
"Tuve que meterme en grupos de hombres porque era lo que había", afirma. "El mundo de los emprendimientos tecnológicos es principalmente de hombres y resulta que ellos lo que quieren es jugar al póker".
"No están diciendo activamente que van a tratar de buscar algo que a las mujeres no les gusta; sólo quieren pasar un buen rato", explica.
"Una más de la pandilla"
Jenn Harris asegura que el golf le ha ayudado mucho en su carrera en los negocios.
El deporte también se ha convertido en una forma popular de hacer contactos para las mujeres.
"Si puedes hablar de deportes, participar en una conversación sobre deportes con cierta autoridad en la materia, seguir un partido y apasionarte, eso te permite ser una más en la pandilla y te permite entrar en un círculo en el que no podrías estar de otra manera", afirma Susan Spencer, exdirectiva del equipo de fútbol americano de las Águilas de Filadelfia.
Según Spencer, el deporte ofrece un tema de conversación "seguro" para las mujeres en su relación con los hombres.
""No pienso en el campo de golf como un territorio de hombres. Creo que es un lugar en el que aprender de los otros"
Jenn Harris, empresaria
"Si sales a tomar unos tragos, no quieres hablar de política, puede ser mortal; tampoco vas a tener una conversación de hombres con un alto contenido sexual porque te lleva a una situación en la que no quieres estar, ¡por eso tiene que ser de deporte!, explica.
Jenn Harris ha llevado esa idea un paso más allá al lanzar el año pasado "High-heel Golfer" ("Golf en tacones"). Con su compañía, con sede en San Diego (California), viaja por todo Estados Unidos ofreciendo talleres a mujeres que quieren usar el juego para desarrollar mejores relaciones profesionales con los hombres.
"No pienso en el campo de golf como un territorio de hombres. Creo que es un lugar en el que aprender de los otros", afirma. "Todas las pequeñas cosas que pasan son maneras de ver quién es realmente esa persona, cómo reacciona después de un golpe, si hace trampas, si tiene integridad. Eso no se ve tomando unas copas ni en un happy hour".
Aficionada al golf desde que tenía siete años, Harris menciona su propia experiencia como muestra del poder del golf.
Cuando trabajaba para una empresa contratista de defensa, tenía que hacer contactos con los mandos militares y otros empresarios a los que les gustaba el golf. Se juntó con ellos en el campo y atribuye sus éxitos posteriores a los contactos que hizo allí.
"En nueve meses conseguí un ascenso y me incluyeron en todos los proyectos grandes de los dos años siguientes; después, cuando comenzaron los recortes presupuestarios, los clientes hacían saber que no me debían despedir, todo por esa relación que se había forjado en un campo de golf", dice Harris.



"Ser sincero consigo mismo"
Para Susan Spencer, el deporte ayuda a las mujeres a ser "parte de la pandilla".


Pero la experta en relaciones laborales Jean Martin asegura que, a no ser que a las mujeres les guste de verdad jugar al golf, es poco probable que el deporte les sirva de mucho como herramienta para hacer contactos.
"El elemento número uno para una relación informal exitosa es que los individuos sean sinceros consigo mismos. Así que hacer algo en lo que no estás interesado sólo para estar con gente crea unos cimientos artificiales en la relación", apunta.
Según Martin, quien es responsable de recursos humanos de CEB, una consultora global cuya sede está en Washington DC, los estudios han demostrado que una red de contactos efectiva puede incrementar en un 30% un negocio.
Como resultado, las compañías buscan por su cuenta modos de incrementar las oportunidades de redes de contactos para las mujeres que destaquen sus diferentes intereses.
"Más que todos traten de ser lo mismo, que todos estén juntos en el campo de golf, nuestros datos sugieren que las compañías que tienen mucha gente con diferentes intereses y perspectivas, son significativamente privilegiadas", dice.
Sin embargo, otros estudios siguen mostrando que las mujeres profesionales necesitan mejorar sus capacidades de hacer contactos.
Un informe de 2011 de la Universidad de Economía de Toulouse, en Francia, concluyó que uno de los principales factores detrás de los ingresos inferiores de las mujeres -un 17% menos que los hombres en un puesto similar-, era el hecho de que no eran tan buenas a la hora de construir una red de contactos.
El estudio encontró que, en general, los directores hombres tenían muchos más contactos de antiguos conocidos, respecto a sus pares mujeres, que se enfocaban en unas pocas relaciones.
Mientras trata de construir su propio negocio, Jenn Harris participa en entre cinco y seis eventos de contactos por semana, pero dice que es importante no entablar nuevas relaciones si no se tiene tiempo de darles un seguimiento.
Por su parte, Vanessa Fox dice que trata de ser selectiva.
"Claro que es trabajo, pero en mi caso hay algunos eventos que sé que odiaría y simplemente no voy", afirma. "Intento buscar las cosas que están un poco más balanceadas, que disfruto haciendo y que encuentro valiosas".

sábado, 16 de noviembre de 2013

MEDIO ORIENTE, TIERRA FÉRTIL PARA EMPRENDEDORAS

Por XAB


Una buena noticia desde el Medio Oriente. Evidentemente no corresponde a una mayoría de la población femenina (tal como indica el artículo corresponde a sólo una parte de los países), y dentro de los mismos corresponde a una porción de la población, obviamente, pero no deja de ser una buena noticia.
Las razones para ese ambiente favorable para las mujeres que quieren emprender una empresa (como las nuevas tecnologías y el auge de los startups femeninos) son para tener en cuenta, más aun sabiendo que los obstáculos con los que se encuentran son similares –si no iguales- a los que tienen que superar las mujeres en occidente.
Rescatamos, desde luego, el consejo con el que termina el artículo, pues es perfectamente aplicable a cualquier lugar del planeta. Es una propuesta universal.
Por cierto, es interesante entrar en las páginas web de las empresas que ponen como modelo de iniciativas…
XAB

Medio Oriente, tierra fértil para emprendedoras



Sarah Abunar (izquierda) y Rana Said, cofundadoras de EduKitten, empresa que vende aplicaciones de entretenimiento educativo en árabe. Crédito: Rachel Williamson/IPS


El CAIRO, 14 nov 2013 (IPS) - Medio Oriente se ha convertido en un lugar más propicio para las mujeres emprendedoras que la región estadounidense de Silicon Valley, epicentro de la innovación y los negocios, sugiere una evidencia que sorprende.

La egipcia-estadounidense Yasmin Elayat, nacida y criada en la propia Silicon Valley, dijo a IPS que el ambiente de negocios en Medio Oriente era más favorable que el de Estados Unidos y Europa, cuando en 2011 comenzó a trabajar en su ahora inactiva empresa de medios GroupStream.

“Es un ámbito más estimulante para las mujeres empresarias”, señaló Elayat, de 31 años. “Hay algo más aquí, llámesele cultura o ambiente”.

De hecho, la única vez en que se sintió menospreciada en los negocios por ser mujer fue en Europa, cuando participó en un campamento de capacitación de tres meses en Copenhague para líderes de compañías “startup” (incipientes y de innovación).

Allí, un empresario de Europa oriental quedó estupefacto cuando supo que Elayat no era una simple empleada de GroupStream, sino nada menos que su directora general. En otra ocasión, tras hablar ante una audiencia, uno de los presentes dirigió las preguntas al cofundador de su compañía, y no a ella.

Elayat integra el creciente grupo de mujeres en Medio Oriente y el norte de África que se aventuran en los negocios, aunque es difícil saber cuál es el número exacto de estas nuevas empresarias.

La última edición del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un estudio mundial realizado por un consorcio de universidades, sugiere que las mujeres de esta región son las que cuentan con menos probabilidades de poder iniciar su propio negocio.

La investigación indica que solo cuatro por ciento de las mujeres adultas de Medio Oriente y el norte de África se consideran empresarias.

Sin embargo, el estudio no incluyó información de importantes centros de startups en la región, como Jordania, Líbano, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, mientras Israel fue estudiado en forma separada.

En Jordania, las startups lideradas por mujeres representan una tercera parte del total, cerca del promedio mundial, de 37 por ciento. Y en Egipto, aproximadamente la mitad de los nuevos emprendimientos son encabezados por equipos mixtos, dijo a IPS el empresario Hossam Allam, fundador del grupo de inversiones Cairo Angels.


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Además, en las competencias regionales de emprendedores, la presencia de mujeres y hombres es bastante equitativa. En la Competencia de Startups Árabes, organizada por el MIT Enterprise Forum en 2012, casi la mitad de la participación fue de mujeres, incluida la ganadora, Hind Hobeika.

La proporción de mujeres emprendedoras en la región probablemente oscila entre 15 y 20 por ciento. Esto es notable si se considera que, según el estudio GEM, 10 por ciento de las mujeres adultas en Estados Unidos estuvieron involucradas en alguna actividad empresarial en 2012, y apenas cinco por ciento en Europa.

Hay varias razones para el incremento de este emprendedurismo femenino en Medio Oriente, y una de ellas es el favorable ambiente para las startups.

En los últimos tres años, la región no solo presenció el surgimiento de numerosas incubadoras de empresas (entidades que apoyan los proyectos de nuevos emprendedores), sino también de competencias y de organizaciones específicamente dirigidas a las mujeres.

Entre esas iniciativas están el sitio web de noticias sobre inversiones Wamda for Women, de la plataforma empresarial regional Wamda, la Competencia para Mujeres Emprendedoras, de la incubadora de negocios libanesa Berytech, la Fundación Roudha en Jordania, y el Programa de Emprendedurismo de Mujeres Árabes, de la organización estadounidense AMIDEAST.

Otras razones son el creciente acceso a la educación y las oportunidades que brinda Internet.

El Banco Mundial señala que ahora hay más mujeres que hombres en las universidades de Medio Oriente.

Elayat contó que ella era la única mujer de la clase cuando hizo su primer curso de ingeniería informática en Estados Unidos, pero cuando pasó a la Universidad Estadounidense de El Cairo constató una presencia igualitaria de hombres y mujeres.

Yasmine el-Mehairy, la joven cofundadora del sitio digital árabe Supermama explicó que, en contraste con los bajos números de mujeres que estudian computación e ingeniería en Occidente, muchas árabes ingresaban a este tipo de carreras luego de presentar buenas calificaciones en la educación secundaria.

“Las mujeres muestran un mayor esfuerzo en la secundaria, y por eso obtienen buenas calificaciones, mientras que los hombres están más interesados en jugar con el PlayStation o en el fútbol”, señaló.

“Es parte de una selección natural ir a las universidades más acreditadas si tienes buenas calificaciones, y hacer las carreras más prestigiosas”, como ciencias e ingeniería, añadió.

Ludwig Siegele, del semanario británico The Economist, escribió en julio que probablemente el número de emprendedoras se incrementará gracias a Internet, pues este permite que las mujeres dirijan su empresa desde su casa, y esto es sumamente ventajoso en países como Arabia Saudita, donde se ve mal que salgan a trabajar.

No obstante, los desafíos que afrontan las emprendedoras en Medio Oriente son muy grandes, desde el cansancio diario hasta las frustraciones por los prejuicios arraigados en sus sociedades patriarcales.

Los talleres organizados este año por Wamda for Women en El Cairo, Doha, Amman y Riyadh ilustraron las dificultades que tienen las mujeres para impulsar sus negocios.

Generalmente, los principales desafíos tienen que ver con enfrentarse a sus pares hombres, superar los roles establecidos y equilibrar la familia con las responsabilidades del trabajo.

Así lo explicó también la empresaria jordana Fida Taher, fundadora del sitio web sobre cocina Zaytouneh.

“En primer lugar, algunos hombres se sienten intimidados frente a una mujer fuerte”, le dijo a Chris Schroeder, autor del libro “Startup Rising: The Entrepreneurial Revolution Remaking the Middle East” (Surgimiento de las startups: la revolución emprendedora reconstruye Medio Oriente).

“En segundo lugar, otros –y trataré de sonar lo más correcta posible—creen que una relación de negocios con una mujer debe ser personal. Finalmente, algunos hombres subestiman a las mujeres en general, y creen que no somos capaces de obtener buenos resultados”, añadió.

Sarah Abu Nar, de 28 años, cofundadora de la compañía egipcia EduKitten, que vende aplicaciones de entrenimiento educativo en árabe, contó sus propias experiencias.

La empresaria dijo que debe esforzarse para convencer a inversores árabes de que puede dedicarle igual de tiempo a los negocios que sus pares hombres.

Pero finalmente decidió tomar una postura que siguen todas las empresarias con las que habló IPS. “No hay que perder tiempo hablando con la gente para convencerlos de que eres buena. No gastes tu tiempo haciendo esto, pues tus acciones hablarán mejor que tus palabras”, afirmó.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Mujer y economía